Los conservantes alimentarios son aditivos que se aplican a los alimentos para garantizar su estabilidad durante su vida útil y evitar que cualquier tipo de microorganismo los dañe y ya no sean adecuados para el consumo.
Existen diversos tipos de aditivos alimentarios que cumplen con esta función de conservación, pero no todos se pueden aplicar en los mismos productos ni en los mismos procesos alimentarios. Su elección dependerá de las necesidades específicas de cada tipo de alimento y del tipo de microorganismo que lo puede alterar.
Tipos de conservantes
Sulfitos: Se usan para evitar la aparición de bacterias, por ejemplo, en el vino, la fruta desecada y las verduras en vinagre o en salmuera.
Ácido sórbico: Tiene varias aplicaciones, como la conservación de productos a base de papa, el queso y la mermelada. Se utiliza como aditivos en productos cárnicos, como los embutidos y el jamón, con el fin de protegerlos de las bacterias que causan el botulismo (Clostridium botulinum).
Ácido benzoico: Es eficaz en alimentos ácidos y es un conservante barato, útil contra levaduras, bacterias y mohos. Se utiliza como conservante en bebidas refrescantes, zumos para uso industrial, algunos productos lácteos, en repostería y galletas, en algunas conservas vegetales, crustáceos frescos o congelados, margarinas, salsas y otros productos.
Ácido acético: Se usa como conservante en panadería y repostería, también es eficaz contra algunos mohos.
Ácido propiónico: Es el más efectivo contra mohos, pero poco eficaz contra levaduras y bacterias, es un conservante fundamental en la fabricación del pan de molde, también se utiliza en algunos productos de repostería.
Ácido fórmico: Proporcionan un sabor poco agradable a los productos, se utiliza para conservar zumos de frutas, encurtidos.
Benzoato de Sodio: Es uno de los inhibidores más efectivos para la conservación de alimentos y bebidas cuyo pH sea menor de 4.5, inhibe el desarrollo de levaduras y bacterias. Es fácil de mezclar con otros polvos. Se aplica en jugos, bebidas refrescantes, sidra, néctares, jarabes, yogurt, margarinas, salsas y aderezos, purés, mermeladas, conservas, condimentos y encurtidos.
Propionato de Sodio: Es apropiado para productos de fermentación. Se aplica en panes, pastelería, tortillas de harina de trigo, bebidas no alcohólicas, dulces, gelatinas, budines, rellenos, mermeladas, jaleas, jarabes y quesos.
Propionato de Calcio: Contribuye al suministro de calcio y a la reducción del consumo de sodio en los alimentos. Se aplica en panes, tortillas de harina de trigo, bebidas no alcohólicas, dulces, gelatinas, alimento para ganado.
Sorbato de potasio: Es ampliamente empleado para la conservación de productos alimenticios, especialmente aquellos que están destinados a ser almacenados y consumirse a temperatura ambiente, como pasta, pre-pizzas, pizzas congeladas, salsa de tomate, margarina, yogur, zumos, frutas secas, embutidos, vinos, bebidas gaseosas. Protege al alimento de moho o los hongos que pueden ser la causa del deterioro del mismo.
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